Contrato de alquiler vacacional

El crecimiento del turismo vacacional en España ha llevado a una creciente necesidad de profesionalizar la relación entre los propietarios de viviendas turísticas y sus huéspedes. En este marco, el contrato de alquiler vacacional se ha consolidado como un instrumento esencial para asegurar la transparencia, la legalidad y la tranquilidad para ambas partes.

Este documento no solo sirve para formalizar la reserva, sino que también actúa como prueba legal del acuerdo alcanzado, estableciendo detalles clave como el precio, el tiempo de la estancia, las condiciones de uso del inmueble y las responsabilidades de arrendador y arrendatario.

En regiones como Andalucía, donde lugares como Málaga, Córdoba, Granada, Benalmádena o Estepona son referentes del turismo residencial, contar con un contrato claro y conforme a la normativa autonómica es aún más importante. La legislación regional regula específicamente las viviendas de uso turístico, por lo que tener un contrato adecuado no solo ofrece seguridad, sino que además es un requisito para cumplir con la ley vigente.

¿Qué es un contrato de alquiler vacacional?

Se trata de un documento legal que recoge las condiciones en las que una persona cede temporalmente el uso de una vivienda turística a otra, con el único objetivo de alojamiento por un periodo limitado. No es un contrato de larga duración, sino un acuerdo pensado para estancias breves, por lo general de menos de dos meses, y con fines no residenciales.

Este contrato especifica de forma clara aspectos fundamentales como la duración del alojamiento, el precio acordado, el número de personas permitidas, las normas de uso, y las condiciones tanto de pago como de cancelación. También puede incluir detalles sobre depósitos de garantía, inventario del inmueble, limpieza o penalizaciones por incumplimientos.

Aunque no todas las comunidades autónomas lo exigen de manera obligatoria, su uso es altamente recomendable, ya que asegura los derechos y deberes de ambas partes. Además, su validez legal facilita la resolución de disputas o malentendidos. En definitiva, es una herramienta clave para proteger tanto al propietario como al huésped y para asegurar un proceso de alquiler claro y profesional.

¿Para qué sirve este contrato?

El contrato de alquiler vacacional es mucho más que un simple documento: es una herramienta esencial para regular de forma clara y legal la relación entre anfitrión y huésped durante una estancia temporal. Su utilidad va más allá del simple formalismo y aporta ventajas concretas tanto para el propietario como para el inquilino.

Garantiza la claridad del acuerdo
Uno de sus objetivos principales es dejar constancia escrita de todos los términos acordados: fechas de entrada y salida, precio total, número de personas autorizadas, normas internas de la vivienda, y política de cancelaciones. Esta claridad ayuda a evitar confusiones o incumplimientos.

Protege al propietario ante imprevistos
El contrato permite fijar medidas para prevenir problemas como daños materiales, impagos o mal uso del alojamiento. Por ejemplo, se puede establecer una fianza, definir sanciones por desperfectos o estipular consecuencias por comportamientos indebidos como organizar fiestas. En caso de conflicto, el contrato actúa como respaldo legal.

Refuerza los derechos del huésped
El viajero también sale beneficiado. Contar con un contrato firmado le brinda seguridad ante posibles cancelaciones inesperadas, cambios en lo pactado o cualquier irregularidad. Además, tener un marco legal facilita que pueda defender sus derechos si fuese necesario.

Aumenta la profesionalidad del servicio
Entregar un contrato refuerza la imagen de seriedad y profesionalismo del anfitrión o la empresa responsable. Esto puede tener un impacto positivo en la satisfacción del cliente, sus opiniones, su fidelidad y la reputación del alojamiento.

Ofrece respaldo legal ante conflictos
Ante situaciones problemáticas como comportamientos inadecuados o servicios no prestados, el contrato sirve como prueba legal del acuerdo inicial. Esto permite actuar con rapidez y con el soporte necesario en procesos administrativos o judiciales.

Permite establecer normas personalizadas de convivencia
El contrato da la posibilidad de incluir reglas específicas del alojamiento, como la aceptación de mascotas, el uso de espacios comunes, el respeto por los vecinos o restricciones horarias. Estas cláusulas permiten prevenir problemas y fomentar una convivencia armónica en el entorno de la vivienda.

¿Es obligatorio firmar este contrato?

Aunque en muchas comunidades autónomas el contrato de alquiler vacacional no es obligatorio por ley, su utilización es altamente recomendable tanto para propietarios como para inquilinos. La legislación española permite que las partes acuerden por escrito las condiciones de un arrendamiento de uso turístico, pero en la práctica no siempre se exige su formalización documental.

Sin embargo, hay comunidades como Andalucía donde la normativa sobre viviendas con fines turísticos es más específica y estructurada. En estos casos, contar con un contrato claro y firmado puede ser no solo recomendable, sino imprescindible para cumplir con los requisitos de registro, inspección y control establecidos por la administración autonómica.

Además, más allá de los aspectos legales, la firma de un contrato vacacional aporta múltiples beneficios:

  • Prueba documental: en caso de conflicto o reclamación, el contrato actúa como respaldo legal del acuerdo alcanzado.
  • Protección para ambas partes: define los derechos y obligaciones tanto del propietario como del huésped.
  • Transparencia y profesionalidad: genera confianza y mejora la experiencia del usuario.
  • Prevención de conflictos: establece de antemano las normas de convivencia y uso del alojamiento.

En el caso de propietarios que gestionan varios inmuebles o que trabajan con plataformas como Airbnb o Booking, la existencia de un contrato adicional refuerza su imagen como gestores profesionales del alquiler vacacional y aporta una capa extra de seguridad jurídica.

Por todo ello, aunque la firma del contrato de alquiler vacacional no siempre sea un trámite obligatorio, sí es una buena práctica que marca la diferencia entre una gestión informal y una experiencia turística estructurada y segura.

Elementos esenciales que debe incluir el contrato de alquiler vacacional

Un contrato de alquiler vacacional bien redactado no solo protege legalmente a las partes, sino que también transmite profesionalidad y genera confianza. Aunque puede haber variaciones según la comunidad autónoma y el tipo de inmueble, existen ciertos apartados que deben incluirse siempre para garantizar una cobertura adecuada del acuerdo.

A continuación, se detallan los elementos clave que deben figurar en cualquier contrato de alquiler turístico:

1. Datos del propietario y del huésped

Es fundamental que el contrato identifique claramente a ambas partes. Se deben incluir:

  • Nombre completo
  • Documento de identidad (DNI, NIE o pasaporte)
  • Dirección habitual y teléfono de contacto
  • En el caso del huésped, también puede solicitarse un email como vía oficial de comunicación

2. Identificación de la vivienda

El contrato debe indicar con precisión los datos de la vivienda turística:

  • Dirección exacta del inmueble
  • Referencia catastral (si se desea)
  • Número de Registro Turístico (obligatorio en comunidades como Andalucía)
  • Descripción general del alojamiento: número de habitaciones, baños, zonas comunes, etc.

Esto evitará cualquier posible malentendido sobre la propiedad objeto del alquiler.

3. Fechas de entrada y salida

Debe especificarse claramente:

  • Fecha y hora de check-in
  • Fecha y hora de check-out

Además, es útil indicar si existe flexibilidad horaria, posibilidad de ampliar la estancia, y si hay penalizaciones por retrasos en la salida.

4. Duración del contrato

Aunque las fechas ya lo indican, es recomendable dejar constancia expresa de la duración total de la estancia, expresada en días o noches.

Ejemplo: «Este contrato tendrá una duración de 6 noches, comprendidas entre el día 10 de agosto y el día 16 de agosto del año en curso.»

5. Precio del alquiler y desglose de tarifas

Se debe indicar:

  • Precio total de la estancia
  • Importe por noche
  • Gastos de limpieza (si se aplican)
  • Impuestos aplicables (IVA, tasas turísticas)
  • Modo de pago: anticipo y saldo final
  • Fianza (importe, condiciones y modo de devolución)

Es importante dejar claro si el precio incluye servicios adicionales (wifi, aire acondicionado, parking, etc.).

6. Forma de pago

Este apartado debe detallar:

  • Métodos de pago aceptados (transferencia, tarjeta, efectivo, plataformas digitales…)
  • Plazos de pago: si hay un anticipo o reserva, cuándo se paga el resto
  • Penalizaciones por impago

Esto garantiza que ambas partes conozcan sus obligaciones económicas y evita problemas administrativos.

7. Política de cancelación

Especifica bajo qué condiciones el huésped puede cancelar la reserva y si se aplican penalizaciones. También conviene establecer:

  • Si hay derecho a devolución total o parcial del anticipo
  • Con cuántos días de antelación debe comunicarse
  • Qué sucede si la cancelación es por causa de fuerza mayor

Incluir este apartado protege tanto al propietario como al viajero ante cambios inesperados.

8. Número máximo de ocupantes

Debe dejarse constancia del número de personas que se alojarán en el inmueble. También puede indicarse:

  • Si se admiten o no visitas externas
  • Qué consecuencias tiene superar el límite de ocupación
  • Política sobre niños, bebés o camas supletorias

9. Inventario y estado de la vivienda

Es recomendable anexar al contrato un inventario del mobiliario, electrodomésticos y enseres disponibles, así como una breve descripción del estado general del inmueble al inicio del alquiler.

Este anexo se puede firmar al realizar la entrega de llaves, y es clave para gestionar posibles desperfectos al finalizar la estancia.

10. Normas de la casa

Aquí se incluyen las reglas internas del alojamiento, como por ejemplo:

  • Prohibición de fiestas o eventos
  • No fumar en el interior
  • Uso responsable de agua, electricidad y climatización
  • Respeto a horarios de descanso y normas de la comunidad de vecinos
  • Condiciones para el uso de piscinas, zonas comunes, terrazas, etc.

Este apartado es especialmente importante en viviendas ubicadas en comunidades residenciales o urbanizaciones.

11. Derechos y obligaciones de las partes

El contrato debe recoger con claridad:

  • Obligaciones del propietario: entregar el inmueble en condiciones óptimas, prestar asistencia en caso de incidencias, devolver la fianza en plazo, etc.
  • Obligaciones del huésped: cuidar del inmueble, respetar las normas, dejar la vivienda en buen estado, informar de cualquier daño o problema durante la estancia

12. Acceso a la vivienda durante la estancia

Puede indicarse si el propietario o personal autorizado podrá acceder a la vivienda durante la estancia por motivos justificados (mantenimiento, limpieza, inspección…), siempre con previo aviso al huésped.

13. Firma de ambas partes

El contrato debe cerrarse con:

  • Lugar y fecha de firma
  • Nombre completo y firma de ambas partes
  • Espacio para añadir observaciones o cláusulas específicas

Es recomendable que ambas partes conserven una copia firmada del contrato.

14. Anexos adicionales

Aunque no obligatorios, se pueden incluir anexos útiles como:

  • Plano de la vivienda
  • Guía rápida de funcionamiento (electrodomésticos, wifi, normas básicas)
  • Inventario detallado con fotografías
  • Información turística de la zona o instrucciones de salida

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El contrato de alquiler vacacional no es solo un documento útil: es una herramienta clave para gestionar con profesionalidad y seguridad cada reserva. Su uso protege al propietario, da confianza al huésped y permite establecer unas condiciones claras desde el primer momento, evitando sorpresas o malentendidos.

Tanto si gestionas una única propiedad como si trabajas con una cartera más amplia, disponer de un contrato bien redactado y adaptado a la normativa autonómica —especialmente en comunidades como Andalucía— es sinónimo de responsabilidad y compromiso con la calidad turística.

Te ofrecemos un modelo tipo de contrato de alquiler vacacional, que puedes descargar de forma gratuita en formato PDF y Word. Este modelo es orientativo y está pensado para cubrir los aspectos generales más importantes.

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